Cómo elegir un sofá que dure para siempre

Cualquiera que sea el nombre de su familia -sofá, sofá, diván, davenport- es una inversión importante. Para obtener el mejor asiento por su dinero, siga estos cinco pasos de Moradillo Sofá:

CONTENIDOS DEL ARTÍCULO

1. Comprueba la estructura

Una estructura robusta significa un sofá duradero. La madera blanda, como el pino, es barata, pero puede deformarse o tambalearse al cabo de cinco años. Las maderas nobles más caras (roble, fresno o haya, por ejemplo) son más duraderas. Evite los marcos de madera aglomerada, plástico o metal, ya que pueden deformarse y agrietarse. Las patas deben formar parte del armazón o estar sujetas con tornillos o tacos (clavijas), no sólo con pegamento.

Consejo: Para comprobar la resistencia de la estructura, levante una esquina delantera o una pata del sofá del suelo. Cuando la hayas levantado 15 centímetros, la otra pata delantera debería haberse levantado también. Si todavía está tocando el suelo, el armazón tiene demasiada holgura; es débil.

2. Pregunte por la carpintería

Un armazón con uniones conectadas por cualquiera de los siguientes medios está sólidamente construido: tacos de madera, tacos dobles de madera, bloques de esquina de madera (la etiqueta puede decir bloques de esquina pegados y atornillados), o tornillos y soportes de metal. Se pueden utilizar grapas o clavos para reforzar el mueble, pero nunca compres un sofá que se mantenga unido sólo con grapas, clavos o pegamento.

3. Compruebe los muelles

La mayoría de los sofás tienen muelles sinuosos, también llamados serpentinos, unidades premontadas de alambre serpenteante. Son un buen apoyo, pero pueden presionar el marco o hundirse con el tiempo si el metal no es pesado. Los sofás de gama alta suelen venir con «muelles atados a mano en ocho direcciones». Son cómodos pero caros; algunos expertos opinan que no son mejores que los serpentinos. Siente los muelles a través de la tapicería: deben estar muy juntos y ser firmes. Los sofás sin muelles, sólo con cinchas o mallas, son incómodos y endebles.

4. Sienta los rellenos

La espuma de poliuretano es un relleno de cojín de bajo coste y fácil de cuidar. Pero el tipo más duradero, de alta densidad, puede parecer duro, y la espuma más blanda, de baja densidad, se deteriora más rápidamente con el uso constante. La espuma de alta resistencia (HR) es ligeramente más cara, pero más cómoda y duradera. La fibra de poliéster también es barata, pero se aplana rápidamente. Los rellenos de pluma de ganso y pato son cómodos, pero pueden apelmazarse. Lo mejor de todo: plumón de ganso (el suave subpelo de las aves) mezclado con plumas. Esta combinación es deliciosa, costosa (aproximadamente el doble del precio de la espuma) y requiere un gran mantenimiento; los cojines deben ser mullidos con frecuencia. Una mezcla de plumón y polifibra es más barata, pero se aplana rápidamente.

5. Encuentre tejidos resistentes

Los sofás de uso diario necesitan un tejido duradero. El algodón y el lino son los mejores (pero tenga cuidado con los tejidos sueltos, ya que pueden engancharse). También es excelente la microfibra sintética, que puede imitar a la mayoría de los tejidos y es resistente a las manchas. El algodón y el lino pueden tratarse para que sean resistentes a las manchas, pero incluso así no son tan fáciles de limpiar ni tan duraderos.

Las mezclas de fibras naturales y sintéticas tienden a formar bolitas al cabo de un año. La lana y el cuero son bonitos y resistentes, pero caros. La seda es elegante pero frágil. Las telas con dibujos tejidos tienden a ser más resistentes que las estampadas.

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